Entre los prados que se abren bajo los Picos de Europa, los sotos de castaños y los muros de piedra de los pueblos lebaniegos viven criaturas tan antiguas como el paisaje: las víboras. Discretas, esquivas y fundamentales para el equilibrio del ecosistema, su presencia genera respeto (y a veces miedo). Esta guía te ayudará a conocerlas, identificarlas y convivir con ellas de forma segura: porque no solo son más inofensivas de lo que pensamos, sino que además son aliadas silenciosas contra plagas y desequilibrios. No siempre se dejan ver, pero cumplen una función ecológica clave en el valle.
Un valle hecho a su medida
El clima interior y soleado de Liébana, sus valles abrigados y los contrastes entre zonas húmedas y laderas pedregosas crean un mosaico de hábitats donde las víboras encuentran refugio. Los muretes de piedra seca, las praderas con lindes y las laderas con brezos, tojos o pedreras crean microhábitats idóneos. En la comarca podemos encontrar principalmente Vipera seoanei (víbora cantábrica) y, en menor medida y zonas concretas, Vipera aspis (víbora áspid).
Cómo identificarlas (sin obsesionarse)
- Cabeza triangular, bien diferenciada del cuello.
- Pupila vertical (en culebras suele ser redonda).
- Dorso con zigzag oscuro (muy típico en V. seoanei), aunque puede variar.
- Cola corta y gruesa en comparación con culebras.
Importante: hay culebras con patrones que pueden confundir. Si dudas, no manipules y mantén distancia.
Seguridad: sentido común
- Usa botas y pantalón largo en matorral o pedreras.
- No metas las manos en huecos, muros o piedras sin ver.
- Si encuentras una víbora, déjale vía de escape. No intentes capturarla ni matarla.
- Con perros: lleva correa en zonas de matorral o roquedo.
Las mordeduras son raras y casi siempre por manipulación o pisarla sin querer. En caso de incidente: mantén la calma, inmoviliza la zona, ve al centro sanitario y no hagas torniquetes ni incisiones.
Por qué son necesarias
Controlan roedores, mantienen a raya plagas y forman parte de la cadena trófica que sostiene a rapaces y otros depredadores. Eliminar víboras desequilibra el sistema y al final nos perjudica.
Dónde observarlas (sin riesgo)
Primaveras soleadas, primeras horas del día o últimas de la tarde, en muretes, claros pedregosos y bordes de caminos tranquilos. Observa a distancia, con prismáticos, y no bloquees su escapatoria.
Conclusión
Con conocimiento y respeto, la convivencia es sencilla. Las víboras son parte de la identidad natural de Liébana; guardianas discretas de un paisaje que amamos.