Científicos críticos advierten: el debate climático está limitado por presiones institucionales y autocensura

☆ Guardar
Científicos críticos advierten: el debate climático está limitado por presiones institucionales y autocensura

Durante las últimas dos décadas, el discurso público sobre el cambio climático se ha presentado como un bloque monolítico: “la ciencia está cerrada” y “el consenso es abrumador”. Sin embargo, un número creciente de investigadores con trayectorias acreditadas sostiene que esa imagen de unanimidad no refleja fielmente el estado real del conocimiento, sino el resultado de fuertes condicionantes institucionales, mediáticos y de financiación.

No niegan la física básica del efecto invernadero ni la influencia humana en el aumento reciente de temperatura, pero cuestionan la certeza atribuida a las proyecciones futuras, la magnitud de la sensibilidad climática y, sobre todo, la existencia de un clima cultural que desalienta la publicación de resultados que se aparten de la narrativa dominante.

El “consenso del 97 %”: un número que no dice lo que parece

El célebre “97 % de consenso” procede principalmente de cuatro estudios muy citados. Todos ellos presentan limitaciones metodológicas reconocidas incluso por revisiones posteriores:

  • Analizaron solo los resúmenes de artículos, no los trabajos completos.
  • Incluyen posiciones muy diversas dentro de la categoría “acepta la influencia humana”.
  • No miden el acuerdo sobre la sensibilidad climática, que sigue teniendo un rango amplio.

Incluso John Cook, autor principal de uno de esos estudios, reconoció en correos filtrados en 2017 que su análisis no distinguía entre quienes consideran el calentamiento “peligroso” y quienes lo califican de “benigno o manejable”.

La ciencia no funciona por votación

Como recordaba Richard Feynman: “No importa cuántos científicos crean algo; si no coincide con la experimentación, está equivocado”. En climatología, las incertidumbres objetivas siguen siendo elevadas. Los modelos aún tienen dificultades para reproducir variaciones históricas como el Óptimo Medieval o el Pequeño Período Glacial, y el rango de sensibilidad climática no se ha estrechado de forma significativa en 40 años.

La existencia de incertidumbre no invalida la ciencia: invalida la idea de que el conocimiento esté “cerrado”.

Testimonios de científicos que han denunciado autocensura

Varios investigadores de prestigio han hablado abiertamente de presiones, señalamiento y pérdida de financiación tras expresar conclusiones que se apartan de la narrativa dominante:

  • Judith Curry (Georgia Tech): “Muchos colegas dejaron de publicar resultados que pudieran ser usados por escépticos”.
  • Richard Lindzen (MIT): “El incentivo es claro: cuanto más alarmista es el resultado, más fácil se consigue financiación”.
  • Patrick Michaels: perdió financiación estatal tras declarar que los modelos sobrestimaban el calentamiento futuro.
  • Roger Pielke Jr.: fue investigado políticamente por afirmar que las pérdidas económicas por desastres no muestran tendencia climática significativa.

Según una encuesta publicada en Nature Human Behaviour (2022), más del 50 % de jóvenes investigadores confesó haber suavizado conclusiones para evitar controversia.

El debate existe… pero no llega al público

En reuniones técnicas de modelización (CMIP), los propios científicos discuten problemas serios: sobreestimación del “hot spot” tropical, sesgos en nubosidad, parametrizaciones imperfectas del ciclo del carbono, y diferencias notables entre modelos. Estas discusiones rara vez se reflejan en el Summary for Policymakers del IPCC, aprobado línea por línea por representantes gubernamentales.

Consecuencias de un debate constreñido

Presentar la ciencia como “cerrada” favorece políticas rígidas y reduce la confianza pública. También empuja a ignorar escenarios moderados y estrategias de adaptación, centrando el discurso únicamente en la mitigación acelerada.

Paradójicamente, la percepción de dogma científico intensifica la polarización social, alejando a una parte de la ciudadanía de la ciencia en lugar de acercarla.

Hacia una ciencia climática más abierta

Los firmantes de la World Climate Declaration reclaman medidas concretas para una evaluación más rigurosa y menos politizada:

  • Transparencia completa en datos y códigos.
  • Financiación neutral, sin condicionantes ideológicos.
  • Espacio público para el desacuerdo razonado.
  • Separación real entre evaluación científica y recomendación política.

Conclusión

El problema no es la existencia de evidencia mayoritaria sobre el calentamiento antropogénico, sino la narrativa de certeza absoluta que se ha construido alrededor del tema. La ciencia progresa con crítica, no con unanimidad aparente.

“La ciencia no es un cuerpo de conocimientos seguros, sino un conjunto de conjeturas sometidas permanentemente a crítica.” — Karl Popper

Solo recuperando el debate abierto —sin miedo a la estigmatización— la ciencia climática fortalecerá la credibilidad que necesita para afrontar el siglo XXI.

¿Te gustó este artículo? Compártelo con tu gente y ayuda a que Liébana llegue más lejos.

Cuando compartes y animas a otros a unirse, puedes sumar Puntos del Valle. Descubre cómo conseguirlos.

👁️ 42 lecturas
Volver al blog