La última cena

Jesús ocupa el lugar central de la composición, sentado en el centro de la mesa. A su alrededor, los doce apóstoles muestran una amplia gama de reacciones ante la noticia: sorpresa, indignación, miedo, tristeza. Cada uno de ellos tiene una expresión facial y una postura corporal que revela su estado emocional.

La pintura está repleta de simbolismo. Por ejemplo, la ventana detrás de Jesús representa la divinidad, mientras que los diferentes grupos de apóstoles sugieren las divisiones que se producirán en la Iglesia después de la muerte de Cristo.

«La Última Cena» es una obra maestra que combina la maestría técnica de Leonardo da Vinci con una profunda comprensión de la psicología humana y la teología cristiana. La pintura nos invita a reflexionar sobre la traición, la lealtad, la fe y la naturaleza humana.